sábado, mayo 28, 2016

¡LAS CUALIDADES Y DIFERENTES TIPOS DE PROTOCOLO !

Podemos afirmar que, por una parte, el Protocolo del BDSM es el resultado de incorporar elementos específicos de su tradición, como pueden ser por ejemplo, el uso de un lenguaje – argot BDSM; las formas de tratamiento que marcan la distancia entre roles; determinadas formas y variantes de vestimenta y desnudez corporal; el uso de símbolos y adornos para el cuerpo; la adopción de determinadas posiciones corporales; algunas consideraciones relacionadas con la seguridad en la práctica BDSM, y todas aquellas otras variantes que hacen del estilo de Vida una práctica relacional y sexual alternativa que transgreden a las tradicionales y convencionalmente establecidas en nuestras sociedades. Y por otra parte, añadido a lo anterior, incorpora para sí valores universales como son el respeto a las personas, el sentido común, las buenas prácticas, y mantener las buenas formas.

La cualidad más importante de un Protocolo es su utilidad práctica, y en el BDSM la cumple. Existe porque es útil para cada situación. Por tanto su existencia y la consideración de ser tenida en cuenta no actúan de forma coercitiva ni merma creatividad a quienes la cumplen. Más bien al contrario, enfatiza y genera más atención para que el respeto, las buenas prácticas o las buenas maneras se lleven a la práctica con exquisito cuidado.
En los vínculos Am@ – sumis@, este sentido de la utilidad hace que el Protocolo actúe como un instrumento poderoso del aprendizaje a través del condicionamiento operante o instrumental, es decir, a través del reforzamiento y del castigo tan ampliamente utilizados en el BDSM.
Para el BDSM en general el Protocolo sirve para fijar las pautas generales de conducta de sus practicantes, la consideración de la admisión o no en el seno de la Comunidad a nuevas personas y sus posibles prácticas.
Para el Dominante, el Protocolo sirve para fijar los objetivos a corto plazo en relacion a su vínculo con su sumis@, es decir, dentro de los límites consensuados, qué cosas practicar y cómo espera que las practique para que le reporten el beneficio y placer esperados de la entrega del/de la sumis@.
Para el/la sumis@, el Protocolo es el camino a seguir para llevar a cabo la conducta esperada por su Dominante, con el fin de proporcionarle el bienestar y placer debidos como fuente para la obtención de su propio placer. 
El Protocolo ayuda para crear el adecuado ambiente de sumisión, centrándose en las tareas que debe cumplir, dejando a un lado aquellos otros factores que pudieran condicionar el desempeño eficaz de dichas tareas.

El Protocolo para el vínculo Am@ – sumis@, la humillación y servidumbre.

En este caso nos referimos a las pautas (algunas veces más que pautas son reglas inviolables) a seguir y normas de conducta que afectan de forma exclusiva a una relación Am@ – sumis@. Estas, por lo general, son las instrucciones precisas que el/la Am@ consensúa con su sumis@ que afectan:

* Al conocimiento mutuo, los límites y limitaciones a partir del trabajo sobre una lista de prácticas.

* Desde el nombre de la sumis@ hasta la forma de tratamiento y uso del Usted, Am@, Señor/ Señora, Dueñ@, etc.

* Habla, mirada y posiciones corporales

* Uso del tiempo, de los espacios y del mobiliario

* Formas de servidumbre, incluida la sexual

* Celebración de Rituales y ceremonias

* Vestuario y desnudez

* Relaciones del/la sumis@ con otras personas del BDSM

* Publicidad o no de la existencia del vínculo y Grado de concreción o vinculación de la relación, temporal o indefinida, parcial o con tendencia a una sesión Completa de Poder (Total Power Exchange).

En el proceso de aprendizaje de la sumisión, la humillación y la servidumbre se requiere por parte del/la Am@ una serie de pautas e instrucciones (tantas como sea posible según sus objetivos, y cuanto más descritas mejor) que ayuden al/la sumis@ para cumplir su misión. Cuando el/la Am@ planifica escenas de humillación se basa en las fantasías propias y las de su sumis@, desempeñará su rol y actuará con autoridad y creatividad, y exige del/la sumis@ estricta obediencia, cumplimiento y sometimiento. 
Es aquí donde el Protocolo demuestra sus beneficios.
A través de la humillación el/la sumis@ se somete a la voluntad de su Am@. El/La Am@ la obliga a darse cuenta de cuán profundamente es esta decisión y que obedecer no siempre resultará grato y fácil. Afectará psicológicamente a el/la sumis@ en aspectos positivos en unas ocasiones, y quizá en la mayoría de un modo negativo, de ahí la importancia que el/la Am@ conozca muy bien a su sumis@ y emplee con suma precaución la humillación. El/la Am@ es siempre responsable del cuidado somático de el/la sumis@, de su crecimiento en la relación y en el desarrollo de el/la sumis@.
La humillación está asociada a estas prácticas: Adoración, animalismo, aspecto físico, ceremonias, castigos, comunicación, control de decisiones, dolor, exhibicionismo, forma de hablar y mirar, forma de vestir, mortificación, objeto, posiciones corporales, rituales, rol de edad, rol de género, servidumbre funcional, servidumbre sexual (homo, hetero y bisexuales) y súplica.

Adicionalmente y de forma pormenorizada, El/la Am@ que planifica a través de un detallado Protocolo las escenas de humillación puede beneficiarse en:

* Facilitar el/la sumis@ que asuma su rol, entrar en la sumisión y sentirse realmente sometid@.

* Potenciar la humildad en la conducta del/la sumis@, aceptando que la humillación es un poder que ejerce su Am@ para que ella obedezca y le satisfaga. La dimensión y alcance de este comportamiento humilde queda restringida al universo de su Am@ y sólo en este espacio es donde deberá manifestarla.

* Modificación de la conducta de el/la sumis@ La humillación es empleada para romper con las pautas y convencionalismos de cada uno.

El Protocolo en Internet

Durante los primeros años del Internet, el Protocolo o normas de comportamiento sirvieron para reconocer quién era practicante – interesado en el BDSM y quién un desafortunado curioso. En los últimos cinco años y la incorporación de miles de nuevos usuarios, esa capacidad de reconocimiento no es posible (algunos sarcásticos dicen que es cuestión de repetir cuatro sencillas reglas). A la vez que se han generalizado y proliferado los espacios virtuales donde supuestamente se agrupan los practicantes de BDSM (donde cada vez que se habla es más de todo lo insustancial que de BDSM).
De modo que, pese a existir normas de acceso y comportamiento, los administradores - moderadores de estos espacios parecen más vigilantes - policías persiguiendo a los que incumplen dichas normas, sobre todo si son las más esenciales. Con lo que el Protocolo tiende a diluirse y en muchos casos a desaparecer para quedar relegado a los contactos privados.
Hasta el momento, el Protocolo de los espacios de BDSM en Internet contempla habitualmente:

* El respeto al otro como forma esencial de comunicación. Una norma básica que persiste auque desgraciadamente también se transgrede. 

* Formas de identificar los apodos o nicks de los participantes, según sean sus roles.

* Formas de habla, conversación y de tratamiento entre los participantes, según sean sus roles.

* Formas de organizar las actividades dentro y fuera del espacio virtual (las comúnmente denominadas quedadas), así como de los debates y tratamiento del conocimiento y la información acerca del BDSM.

* Formas de resolver los conflictos que puedan producirse entre participantes.

* Formas de contribuir al sostenimiento económico e informático del espacio virtual.

El Protocolo en Organizaciones y Locales de BDSM

Antes mencionamos que en estos se hace necesaria la necesidad de publicar reglas básicas y Protocolo.
Estas normas que tienen en común:

* Formas de acceso a las organizaciones, derecho de admisión y preservación de la identidad de los asistentes.

* Formas de organización y administración.

* Formas de desarrollo de actividades de performance y sesiones BDSM grupales.

* Uso de las instalaciones y prácticas permitidas.

* Formas de moderación de grupos de debate e integración de nuevos miembros.

* Formas de intervención en caso de conflictos.

El Protocolo entre Dominantes.

Respeto: A su persona, a sus límites y a su vida privada. Respeto a su anonimato (incluido el nick) salvo consentimiento previo.

Discreción: Las conversaciones particulares no tienen por qué ser reveladas.

* Previamente a una invitación, debe conocer quiénes son el resto de invitados.

Consideración: Si no es conocido ni hay referencias, es tratado como Dominante en un trato de igualdad, sin dudar de su condición salvo un comportamiento que haya manifestado lo contrario, y aún así tiene el derecho de, privadamente, exponerle las razones por las que ha dejado de tener tal consideración.

Reconocimiento: A su pertenencia en la Comunidad BDSM, a su experiencia en el BDSM y a su Maestría.

Preferencia de Anfitrión: En su domicilio y en su Comunidad. A ser considerado Master de Master y/o Maestro de Ceremonias donde es reconocida su experiencia y maestría. A ser el primero en el uso y disfrute del juego SM donde es el anfitrión. En presencia de sumisos, actuando en rol, tendrá preferencia ante ellos o ellas.

Inviolabilidad: Su propiedad es suya y es inviolable. Para poder hacer uso de ella debo contar con su debida autorización. La presencia de un collar (aún en periodo de pruebas) es suficiente para garantizar que su propiedad es inviolable.

Interés: Y atención preferente a lo que diga o haga por su condición Dominante.

Visión: Tiene derecho a tener una visión diferente, incluso completamente diferente de la práctica del BDSM, sin tener por qué ser prejuzgada o criticada por mi parte, siempre en la seguridad, sensatez y consenso.

Reciprocidad: Consensuar formas recíprocas de Protocolo.


El Protocolo entre Sumisos

El Protocolo más usado contempla la hermandad entre los sumisos como forma de comprensión, aprecio y apoyo mutuo. En otras ocasiones, este Protocolo se vuelve más estricto cuando resulta necesario para la escena o práctica de Dominación – sumisión que se quiere llevar a cabo.

Algunos sumisos realizan actividades encaminadas a la información – orientación y acompañamiento de otras que recién se inician. En estos casos se concreta el reparto de tareas, cierta jerarquía basada en la experiencia y el alcance y responsabilidad de dicha tarea sin menoscabo de las acciones y decisiones que pueda tomar el Dominante.

El Protocolo en la Seguridad

La práctica del BDSM conlleva asumir riesgos a partes iguales entre Dominantes y sumisos, del mismo modo que minorarlos y aumentar las condiciones de seguridad son responsabilidad de ambos roles en base al conocimiento de las prácticas, la experiencia y la forma de actuar en caso de lesiones.

Olvidamos con frecuencia la conveniencia de tener disponibles las pautas a seguir para aumentar la seguridad de nuestras prácticas. Son algunos ejemplos:

* Safeword o el posible uso de la palabra de seguridad durante el desarrollo de una sesión BDSM.

* Instrumental y atención de primeros auxilios sanitarios.

* El conocimiento de la seguridad en el Bondage.

* El conocimiento de la seguridad en el Spanking y azotes.

* El conocimiento del Aftercare o cuidado Post Sesión.

El Protocolo para dirimir conflictos dentro del BDSM

Este tema sigue preocupando a muchas Comunidades BDSM, comunidades formales (legales) o informales (amigos que se juntan para celebrar y jugar). Estas son las soluciones que proponen:

* La existencia del Master of Masters, que en los locales de BDSM suele ser el dueño del local, (tiene el derecho de admisión y de expulsión, es el responsable de la mazmorra y él decide quién, cómo y cuánto juega). En las Comunidades, el Master of Masters resulta elegido de forma temporal y se ocupa de coordinar el desarrollo de las actividades o sesiones. En domicilio particular coincide con el anfitrión, salvo que reconozca entre los Dominantes alguien con más crédito, pericia o experiencia que él y delegue esa tarea.

* La existencia de la Slave of slaves, otros la llaman Slave Guardian, otros Slave Guide; cumple la misma función que las anteriormente descritas.

Cuando se trata de aplicar la disciplina en un mal comportamiento de un Dominante es donde surge grandes discusiones. En el común de los casos se determinan cuatro situaciones: Aviso, Amonestación, Exclusión, Denuncia:

Aviso: Debe detener el desarrollo de la sesión en ese instante y es reconducido o guiado hasta darlo por concluido. Apartado del escenario, acompañado y aislado en un feedback se analiza el comportamiento observado y cómo reconducirlo. Este hecho no es considerado como punible, al contrario, se considera muy seguro y es habitual:

Una comida que causa malestar; una copa con efecto indeseado; un subspace con reacciones inoportunas; pasar desapercibido un safeword; o simplemente un entrometido que se dedica a tomar fotos de una escena sin permiso... o el que se pone a hablar por el móvil en el momento más inadecuado. Si el aviso es reconocido, vuelve al escenario. Si no reconoce el aviso, es invitado a abandonar el lugar.

Amonestación: Es en los casos anteriores que no reconoce el aviso y persevera en el comportamiento inadecuado y no atiende la indicación de abandonar el lugar del Master of Master. Se hace llegar un día o dos después de haber ocurrido el incidente, ofreciéndose diferentes opciones en función de la causa: Retirada temporal de los encuentros; Práctica con un Am@ Guía o Tutor; o un tiempo con una participación - pasiva, asiste pero no juega activamente. En cualquier caso, la amonestación es un diálogo posterior, comprensiva y que busca el consenso. Es un derecho del amonestado ser escuchado y actuar en descargo, aportando cuantos considerandos o testigos considere oportunos. Se procede a reexaminar el contenido de su amonestación, su retirada o su ratificación.

Exclusión: La medida más tajante que se da en las comunidades BDSM a nivel interno. Si el amonestado no está de acuerdo con reconducir su comportamiento y práctica, se procede a comunicarle que queda excluido de las reuniones que pueda tener el grupo o Comunidad. Igual que la amonestación, existe con el excluido un encuentro y un diálogo.

Denuncia: Se entiende por tal el legítimo derecho de cualquier ciudadano de recurrir al amparo de su protección personal y legal. En el BDSM este es un derecho personal e intransferible de cada persona, no está negado nunca, cada practicante es libre de ejercerlo siempre, siempre e independientemente de que la Comunidad BDSM haya comenzado o no los pasos previos anteriormente explicados.

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